LAS PENAS y ALEGRÍAS DEL MEDIO AMBIENTE, sus políticas y sus políticos.

lunes, 7 de mayo de 2012


WONDERLAND SUIZA
Turismo de alto riesgo



Entendámonos... al decir turismo de alto riesgo no nos referimos a cosas como el esquí extremo despeñándose por los Alpes, o escalar el Matterhorn de noche. Nada de eso. El turismo arriesgado en Suiza es llenar el maletero del coche con nuestra basura orgánica de la semana metida dentro de bolsas "ilegales". Luego, mirando a todas partes, arrancar y buscar un lugar donde desembarazarse de ellas sin que nadie nos vea. Algunos practican un "Turismo extremo internacional", pasando la frontera de Francia o Italia cargados de basura, con el culete apretado y la frente perlada de sudor. Como si llevaran debajo del asiento un lote de fusiles Kaláshnikov

Los perros policía que olfatean las drogas en las fronteras suizas, deben estar siendo reciclados para olfatear coches que cargan raspas de pescado y sobras del cocido. El origen de este apasionante deporte está en el sistema de recogida de basura doméstica suizo (y austriaco, alemán belga, sueco, danés, finlandés y qué le voy a contar…) llamado Redevance Incitative o Canon disuasorio que paso a explicarles como es debido.

Ama de casa suiza preparando, con ayuda de ordenador, la gestión
 de sus residuos caseros. A su lado, unas instrucciones y el lote de bolsas 

En España, los municipios facturan al vecino con diferentes Tasas de basura. Pero ya sea en Madrid o en Arechavaleta, una vez que pagas la Tasa puedes tirar a los contenedores todos los restos de comida que quieras, sin más límite de peso o de volumen que lo que puedas transportar. En Suiza las cosas son diferentes, por la Redevance Incitative.

Bolsas prepago en la ciudad suiza de Neuchâtel

Ya puede revolver medio supermercado suizo, porque no encontrará las bolsas de basura que suele comprar en Mercadona o en Dia. Si pregunta, le encaminarán hasta la Caja, donde le venderán un rollito de bolsas “oficiales”, de 17 litros de capacidad, por el módico precio de 17 FCH (unos 15 euros). Si las quiere más grandotas, de 110 litros, tendrá que apoquinar 57 FCH (unos 47 euros). Solo podrá emplear estas bolsas para entregar sus basuras de restos de comida. Para los otros residuos domésticos, botellas, envases, papel, etc, el sistema funciona como aquí.

Modelo de bolsa oficial
de un pueblo del Cantón de Vaud
 Si es descubierto (¡Ojo con el vecino!) depositando en el contenedor del portal o de la calle una bolsa ilegal, será denunciado y sancionado con firmeza. Si pasan los inspectores y ven una bolsa ilegal, se calzarán guantes asépticos y supergafas del CSI Miami, la abrirán e inspeccionarán minuciosamente para intentar descubrir el nombre del incívico. Si por descuido (no lo permita el Señor) ha metido ahí dentro un sobre o una factura con su dirección, ya se puede ir preparando.

La Redevance Incitative es un Canon muy complejo de gestionar y equilibrado: quien genera más basura tiene que comprar más bolsas y paga más. Suele combinarse con otro pago fijo y, en algunas ciudades, las siguientes bolsas son progresivamente más baratas para proteger a las familias numerosas. Existe la variante de pagar por el peso de la basura, en lugar de por el volumen, y adhiriendo a la bolsa una etiqueta personalizada con código de barras, pero resultan sistemas muy caros de establecer y mantener.

Un contenedor para la Redevance Incitative en Francia.
Para abrir el contenedor es necesario accionar su compuerta mediante
una tarjeta electrónica que identifica al usuario. Se puede observar un detalle
de la pantalla de lectura de tarjetas medio tapada por los brazos de la señora
Allí donde se aplica este tipo de Canon, los restos de comida recogidos han bajado un 30%. Se sospecha que el descenso puede ser debido a que en Suiza hace un frío que pela y la gente usa la chimenea como incinerador privado (un gran pecado). También se debe a las incursiones nocturnas, con bolsas ilegales escondidas bajo el abrigo que son arrojadas a las papeleras, alcantarillas, cunetas y prados (un pecado mortal) o es debido al turismo de la basura y sus intensas descargas de adrenalina (un pecado emocionante).  

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