LAS PENAS y ALEGRÍAS DEL MEDIO AMBIENTE, sus políticas y sus políticos.

sábado, 31 de marzo de 2012


PESCA Y MEDIO AMBIENTE 
Aquí está el Cambio Climático


La laminaria (Laminaria digitata) es un alga parda propia de aguas frías y de irregular distribución en el Cantábrico. Es habitual en las costas de Lugo y Asturias, para hacerse más rara conforme nos acercamos a Vizcaya.  Mediada la década de los ochenta, la frontera del hábitat de la elegante alga se situaba en Cantabria occidental, en torno al cabo de Ajo. Más al Este, hacia Bilbao, las aguas son más calientes y el alga declina hasta hacerse inexistente.

Entre los años 1980 y 1990, la orilla de las playas de Oyambre y Gerra, abiertas entre Comillas y San Vicente de la Barquera, se cubría periódicamente de laminarias arrancadas por el mar de fondo. Por esa época, el puerto de San Vicente albergaba una flota de embarcaciones algueras, con buceadores que usaban compresores y el sistema "kalumet" para arrancar a mano el alga roja "Oca" o "Caloca" (Gelidium) que crecía en las praderas submarinas extendidas frente al cabo Oyambre. La cosecha de la Oca empezaba en primavera, aunque a partir de marzo era indispensable erradicar, previamente, los extensos campos de "rabos" (así llamaban a las laminarias) que invadían las praderas. Era la forma, un tanto agresiva, de que la valiosa Oca creciera y prosperase libre de competidores. 


El alga parda Laminaria escapa de Cantabria.

Pocos años más tarde, hacia 1993, el sistema de explotar la Oca por el expeditivo método de arrancarlas, fue abandonado por los daños ambientales que producía y las laminarias dejaron de ser metódicamente exterminadas. Pero el indulto humano no significó su salvación. Es difícil precisar cuándo dejaron de verse laminarias agarradas a las rocas sumergidas de Oyambre. Hacia el año 2000, los campos de ondulantes laminarias habían sido reemplazados por manchas de otra alga parda, la Cystoseria tamariscifolia. 


Las algas de la familia Cistoseria están ocupando el espacio dejado
por las laminarias en la costa occidental de Cantabria.


Hoy, es todo un hallazgo tropezarse con una laminaria varada sobre la arena de Oyambre. Incluso la Guía del patrimonio litoral de Cantabria, publicada por el Gobierno regional en 2010, ya no mencionaba la especie como propia de sus aguas regionales. La razón no puede ser otra que el avance del cambio climático y el constatado aumento de la temperatura de las aguas del Cantábrico. Las aguas de Cantabria son ahora más calientes y la laminaria ha escapado.


Especies invasoras
Unas especies van y otras vienen. El sargo (Diplodus sargus), antes tan abundante en las costas rocosas del Cantábrico, entró hace unos años en las cartas de los restaurantes marineros. En los últimos tres años, sus cuevas submarinas se han ido vaciando por la persecución, comercial o deportiva, y el nicho ecológico saqueado ha sido ocupado por un pez tropical que adora las aguas templadas. 


Un pez Ballesta en aguas cantábricas.
El pez Ballesta (Balistes carolinensis), eminentemente tropical y muy raro en el Cantábrico hace 30 años, se ha instalado en las antiguas cuevas de sargo y son ya una especie vulgar y corriente. Agresivo, con una boca potente y aletas peligrosas, adora devorar erizos y su carne empieza a ser apreciada. Dentro de unos años, el sargo será un recuerdo del pasado y será sustituido por el Ballesta en los menús (quizá bajo el nombre de Cochino de Mar). Cuando nos hallamos comido toda esta novedosa especie tropical, quizá venga otra que también nos comeremos sin preguntar.


En Asturias hay otros recién llegados desde aguas tropicales. Habitual en Canarias y adaptado al Mediterráneo desde 1970, el "Tamboril" o Pez Globo (Chimilomucterus reticulatus), es una sorpresa en el Cantábrico. Detectado en aguas asturianas en 2011, está siendo capturado por pescadores de Cudillero, de Navia y de Avilés.  Cae atrapado en las redes de enmalle de fondo y en los palangres para merluza. Su carne es tóxica (vísceras) y se alimenta de erizos. 


El tamboril espinoso, propio de Canarias y el Caribe, se hace presente en Asturias.

En Canarias, el Tamboril ha sido presa de las nasas gigantes y sus poblaciones han mermado en las islas más orientales. Sin el acoso de este depredador, las poblaciones de erizos diadema (Diadema antillarum) han explotado en Lanzarote, Fuerteventura, Tenerife y Gran Canaria, hasta formar extensos y estériles blanquizales: áreas submarinas desprovistas de vegetación que el diadema raspa y engulle. Ahora, si la llegada del Tamboril y el asentamiento del Ballesta se confirma en el Cantábrico, las poblaciones de erizos autóctonos tienen las horas contadas. 


Los ecosistemas marinos del Mar Cantábrico están sometidos a presión. Un solo grado más de temperatura media causará más estragos. La pesca y los pescadores serán los primeros en sufrir las consecuencias del cambio climático en el océano


  

jueves, 29 de marzo de 2012

RESIDUOS NUCLEARES -  Cumbre de Seguridad Nuclear en Seul.
La decepción de Asse


En las montañas de Yucca (Nevada, USA) las máquinas se han parado. La obra del proyectado confinamiento "geológico" de Yucca Mountains, destinado a recibir el combustible nuclear usado por las 70 centrales norteamericanas, ha sido clausurado. En consecuencia, no hay solución a la vista para 71.000 toneladas de residuos  de alta actividad, provisionalmente almacenados en las piscinas de las centrales y en otros espacios en superficie, a los que se suman, cada año, otras 2.200 toneladas. ¿Por qué el Panel de Expertos en la materia ha aconsejado a presidente M. Barack Obama cancelar el  proyecto?




Las montañas Yucca, cerca de Las Vegas (Nevada.
)
En primer lugar, hay razones éticas. De todas las iniciativas tomadas por humanidad, la de enterrar residuos nucleares va más allá de la imaginación y afecta a la moral. Una civilización  responsable no puede dejar en herencia el problema de unos residuos cuya peligrosidad se mantiene por encima de100.000 años. Queda muy feo. Significa proyectarnos hacia la eternidad a través de un mensaje, no estético y turístico como las pirámides de Egipto (4.500 años tan sólo), sino de Plutonio y Uranio que comprometen el futuro de la vida en el planeta.

Luego hay razones prácticas. Geólogos muy serios dicen que existen lugares seguros y estables  donde esconder la basura nuclear. Aseguran que hay yacimientos de sal, arcillas o granito,  perfectamente secos y que no se han movido ni un milímetro en 150 millones de años. Es cierto. Pero la cuestión es que, una vez que el hombre entra en esos inalterados espacios subterráneos, los agujerea con sus túneles y los rellena de contenedores que emiten calor y radiactividad durante miles de años, el escenario se puede modificar. ¿Cómo se ve afectado un mineral estable si es acariciado por la radioactividad y la temperatura durante 20.000 años?... ¿y durante 60.000?. Luego llega el agua, por capilaridad, microcapilaridad o nanocapilaridad. En un futuro tan lejano que da vértigo, en los próximos milenios, en las siguientes glaciaciones, sobre el depósito pueden situarse kilómetros de hielo u océanos. 


Galería excavada en las arcillas del centro de investigación de Bure (Lorena), Francia.

¿Y la memoria? ¿Cómo avisamos al futuro de que nada ni nadie debe acercarse a los almacenes de muerte? ¿Levantamos descomunales monolitos y blindados sarcófagos en superficie? ¿En qué lenguaje hablamos al hombre del futuro? Algunos dicen que la humanidad debería proyectar la memoria de los depósitos radioactivos mediante un sistema de transmisión oral y escrita, parecido al que usan la religiones para atravesar los siglos. ¿Recuerdan si hay alguna religión en el planeta que tenga 100.000 años de antigüedad? ¿Pretenden reconvertir la basura nuclear en lugar de culto, secretismo y miedo milenarios? ¿Hacemos de los confinamientos  "Verdad Revelada" en antiguas Escrituras y textos sagrados que los seres del futuro cantarán en los templos? 

El accidente de Fukushima ha puesto de manifiesto dos cosas: que el ser humano no puede controlar la naturaleza y que la gestión de la energía nuclear puede estar cayendo en manos de incompetentes, y lo que es peor, de gente algo corta y aficionada a esconder la verdad. Pero hay otra razón de peso, esta más pedestre, para oponerse al enterramiento de residuos nucleares de alta actividad. Es el caso de Asse.

Moviendo barriles, sin demasiada consideración, en la mina de sal de Asse (Alemania).
En el "lander" de Baja Sajonia, al norte de Alemania, las minas de sal de Asse fueron escogidas hace décadas como lugar estable de enterramiento para basura nuclear de baja y media actividad. Un lugar "Wunderbar" según las autoridades y los geólogos de la época. En total, se depositaron en las galerías de Asse 126.000 barriles de residuos, con la propina de 28 kilogramos de Plutonio que otro listo tuvo la ocurrencia de catalogar como inofensivos. Hoy, cuarenta años después de sepultado el primer barril, por las galerías de la mina corretean 12.000 litros diarios de agua que se filtra Dios sabe desde dónde. La mina está anegada por la salmuera y el gobierno regional o estatal, o ambos a la vez, tienen que retirar los barriles antes de que revienten. Algunos de ellos están a 750 metros de profundidad, perdidos en espacios "sellados". Se precisan 10 años de trabajo y un coste cifrado en miles de millones de euros. Se hacen discretos estudios para saber si los radionucleidos se expanden ya por los acuíferos de la región.

La mina Onkalo (Finlandia). Al fondo, el complejo nuclear de Olkiluoto consistente
en dos reactores en activo y un tercero en fase de montaje, de última generación y cargado de problemas presupuestarios y constructivos.
El fiasco de Asse no impresiona a los fríos finlandeses. Al lado del complejo nuclear de la isla de Olkiluoto, se dedican a hacer agujeros en la mina de granito Onkalo para enterrar su basura nuclear. Si el cambio climático sigue adelante, sobre Onkalo se puede situar el mar, pero eso es un comentario improcedente. En otros "lander" alemanes (Baviera) también se exploran minas de granito con similares intenciones. Los franceses son más prudentes y empiezan a tener dudas razonables. En Bure (Lorena, Francia) llevan 13 años investigando un yacimiento de arcilla donde confinar la basura nuclear que atasca las piscinas de Le Hague. Sin embargo, el organismo ANDRA (Agence Nationale pour la gestion des Dèchets Radioactifs, parecido a nuestro ENRESA - Empresa Nacional de Residuos Nucleares), preconiza empezar a meter basura en 2025 y ver qué pasa en los siguientes 40 años. Quizá para entonces sepamos "transmutar" los elementos radioactivos en elementos estables y, de pasada, alcanzar el sueño alquimista de convertir el plomo en oro.

En ese período de tiempo, las galerías de Bure no estarían selladas. Hay que estar preparado para sacar todo el equipaje si las cosas se ponen feas. Será necesario establecer una vigilancia continua y activa del yacimiento, forzar la ventilación de las galerías para evacuar el calor generado por la radiación y estudiar la deformación de conducciones y contenedores a causa de la fuerte presión que sufren, así como la paulatina degradación de las arcillas (diogénesis). Eso va a costar una pasta, aunque dicen que la energía nuclear no es cara. Nos preguntamos si los próceres reunidos en la Cumbre de Seguridad Nuclear de Seul hablan de estas cosas tan curiosas o bien las consideran irrelevantes y que poco tienen que ver con la seguridad nuclear.

martes, 27 de marzo de 2012

GANYAMANIA
La India de Juan


A las afueras de Rishikesh.

Hace ya casi tres meses, dijo: "Aquí no hay trabajo. Me voy a la India" Tenía un poco de dinero ahorrado y ganas de ver mundo porque repetía que, como geógrafo, debía conocer la Tierra. ¿Quién puede resistirse a semejante argumento? Llenó la mochila que usaba en las excursiones a la sierra, se calzó un gorro de lana y desde la T4 voló a Londres y de allí a Nueva Delhi. Aterrizó en un universo desconcertante para quien no ha estado jamás en tierras hindúes. 


La basura que tanto le preocupa
Con el blog que ha ido escribiendo y las fotografías que ha publicado desde entonces nos ha ayudado a ver la India con sus ojos. Su India. Miraba las basuras de plástico tapizando como una vieja alfombra las orillas de los ríos del Himalaya y los bordes de las carreteras y se quejaba. Nos hacía traquetear con él sobre camionetas sin amortiguadores ni ballestas, atestadas de viajeros y cucarachas. Nombró a cada uno de los occidentales que iba conociendo y con los que hacía tramos de viaje. Celebró el año nuevo tibetano en un pueblo llamado Rewalsar y se perdió durante 24 horas por Chandigarh, buscando un tren que le llevara hacia Varanasi. Una vez curado de su primera diarrea tropical, entornó los párpados por el humo que salía de las hogueras donde queman a los muertos, antes de cruzar el Ganges y tumbarse en el suelo para ver las estrellas junto a unos amigos alemanes y norteamericanos.

Tras 45 horas de viaje llegó a Kochi y se dejó jirones de piel pegados al skay de los asientos del vagón de la India Raylways. En la piel enrojecida se ensañaron los mosquitos de los "backwaters". Alojado en un "guest house" del pueblo pesquero de Mararikulan, que él rebautizó como el Reino de Dios, redescubrió el valor de la familia, la sencillez del día a día, la afabilidad y el respeto, la espiritualidad y el secreto de saber atravesar la vida con una sonrisa. Con tan buenos descubrimientos olvidó que el sol de Kerala no perdona y se abrasó las pocas parcelas de piel que respetaron el skay del tren y los mosquitos.

Mararikulam

Ahora anuncia que ha llegado a Jaipur y que está agotado de un país que duele y que exige. Tan cansado que le da pereza salir a la calle para descubrir una de las ciudades más bellas de Asia. Han sido 47 horas de tren y debe estar durmiendo a pierna suelta mientras yo termino este breve blog adornado con tres fotos que le he robado de su Ganyamanía. Juan es mi hijo.

lunes, 26 de marzo de 2012

WONDERLAND SUIZA
Herr Franz Weber


El domingo 11 de marzo de 2012, en una de las periódicas consultas que caracterizan la democracia directa y participativa, los ciudadanos suizos decidieron sobre cuestiones de lo más variado. En España, de las seis cuestiones que englobaba la consulta los medios de comunicación  se sintieron atraídos por el "NO" que recibió la relativa a si debían prolongarse las vacaciones hasta las seis semanas anuales, ¡Rechazar seis semanas de vacaciones! Muy bien. Estos suizos son un ejemplo de seriedad: menos juerga y más trabajo

Sin embargo, en la consulta había una pregunta que haría temblar las rodillas del promotor inmobiliario más curtido. ¿Debe limitarse, en cada municipio suizo, el porcentaje de viviendas secundarias al 20% del censo total de viviendas? Los suizos, aunque por estrecho margen, dijeron que sí. ¡Señor! Estos suizos son un mal ejemplo.


Viviendas secundarias trepando por la montaña en Verbier.

La propuesta, nacida en la fundación Helvetia Nostra, era un intento por contener la alteración del paisaje en los maravillosos valles alpinos, a causa de la proliferación de chalets y pisos para vacaciones y fin de semana. Las consecuencias de un "Si" podían ser tan demoledoras que, durante la campaña previa, recibió la activa oposición del Consejo Federal, el Parlamento Helvético, los Cantones, los medios empresariales y la prensa. El resultado de estas consultas democráticas, no lo olviden, se traduce automáticamente en Ley Federal inapelable. Para algunas localidades y valles del sur del país, que ya han superado con creces ese fatídico porcentaje del 20%, significaba el frenazo en seco de un modelo de ocupación del territorio.


El complejo urbano de Crans Montana, al atardecer.

Un par de días después, en el Telediario de las 19:00 horas de la RTS (Radio Tèlèvision Suisse), el presentador entrevistaba al promotor de la iniciativa y presidente fundador de Helvetia Nostra, el octogenario ambientalista Franz Weber (Basilea 1927). También había un periodista con excelentes relaciones entre promotores y constructores. Más que una entrevista fue un encontronazo. 
El Telediario tuvo la prudencia de traerse al periodista a los estudios, mientras Herr Franz respondía desde su casa. De haber estado frente a frente, el periodista se habría lanzado al cuello arrugado del ambientalista que, desde la distancia de sus 84 años, escuchaba impávido chillar que el resultado de la consulta era un mazazo inesperado y terrible, una ruina, el caos, el fin del mundo.

Franz Weber en una fotografía reciente
Para animar la velada, el telediario mostró otro modelo posible de urbanismo. En una estación invernal del cantón de Le Valais no se permitían viviendas secundarias. Allí no querían tener "camas frías" y contraventanas cerradas. No deseaban depender del caprichoso ir y venir de los propietarios. Si el territorio a ocupar estaba limitado por los bosques y la estrechez de los valles, mejor disponer de hoteles, albergues, restaurantes y servicios para transeuntes. Al pueblo le iba de cine, con calles, hoteles y comercios abarrotados todo el año. El periodista estaba al borde del vómito.

Apartamentos y casitas crecen en Adelboden.

Desde España, asolada por la onda expansiva del estallido inmobiliario, con localidades cántabras como Comillas y su 65% de viviendas secundarias, o de Noja y su 92,8% de viviendas secundarias, seguimos escuchando a los promotores y a sus amigos políticos hablar de la necesaria reactivación del ladrillo. He puesto a Cantabria como ejemplo, por aquéllo de no hacer tanta sangre si menciono localidades costeras mediterráneas. 
Cantabria puede ser Infinita, pero nunca será Wonderland