LAS PENAS y ALEGRÍAS DEL MEDIO AMBIENTE, sus políticas y sus políticos.

viernes, 27 de julio de 2012


DELINCUENCIA AMBIENTAL
Garimpeiros y mercurio


La minería artesanal del oro, practicada con pozos verticales donde prolifera el trabajo infantil y que utiliza mercurio en el proceso metalúrgico, es un problema social y sanitario en Papuasia – Nueva Guinea, Mali, Senegal y Burkina Faso. Los mineros afectados por el mercurio, a veces críos de seis años, llegan a los ambulatorios de la sabana africana o de las selvas con el sistema nervioso central arruinado, como zombis sin mirada y caminar vacilante.

Es una “situación clínica” bien conocida en el antiguo y venerable Hospital de Almadén (Ciudad Real – España), con un historial de miles de enfermos “azogados” a lo largo de los siglos en la que fue la mayor mina de mercurio del planeta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que hay 13 millones de mineros artesanales buscando oro por todo el mundo, la mayoría en naciones pobres. Y casi todos ellos utilizan el mercurio para obtener el oro. 

Minas artesanales de oro en Karan (Mali). La estrechez de los pozos
invita a que los mineros que cavan en su interior sean muy menudos (niños)

Pero el caso de la Guayana Francesa y sus buscadores de oro entra en otra categoría. Por las densas selvas amazónicas de este territorio de la Unión Europea, base de operaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA), hormiguean entre 5.000 y 10.000 mineros ilegales llegados desde el vecino Brasil. No tiene papeles y destruyen los espacios naturales (Parc Naturel Régional de La Guyanne) removiendo el frágil suelo selvático con agua a presión para lavar la tierra. La formidable erosión generada en medio millar de explotaciones clandestinas, enturbia los ríos y llega al mar, destruyendo la fauna marina.

El 27 de junio de 2012, hace justamente un mes, las fuerzas del orden francesas se enfrentaron a una banda de Garimpeiros, con el resultado de dos soldados muertos y dos gendarmes heridos de gravedad. Los mineros usaban armas de guerra (fusiles de asalto), ya que los chalecos antibalas de los soldados no pudieron detener los impactos. En enero de este año, el enfrentamiento entre bandas de Garimpeiros se saldaba con seis muertos. Un escenario propio de México. Con el oro a 41.000 euros el kilogramo, el llamado “orpaillage” furtivo ha derivado hacia una actividad criminal y de gran violencia, imitando en sus métodos a la trata de blancas, el tráfico de armas y el narcotráfico.


Patrulla de la Gendarmería y del ejército francés en Guayana

Sin embargo, lo peor de la explotación aurífera en la Guayana es la progresiva contaminación de las aguas y el suelo del territorio con monometil mercurio (MMHG), la forma más tóxica y bioasimilable de este metal pesado. Es cierto que los suelos de la Guayana Francesa contienen dosis de mercurio natural más elevados de lo habitual (1). Esta realidad geológica convierte a Guayana es un espacio sensible y poco apto para determinadas actividades agrarias. Con el “orpaillage”, las tierras lavadas sueltan su mercurio natural, al que se añade el mercurio complementario usado por los mineros para la “amalgama”.


Un río de Guayana deformado por la minería del oro
  
En el sistema de la “amalgama” se emplea 1,3 kilogramos de mercurio para obtener un kilogramo de oro. El procedimiento es terriblemente efectivo, ya que  el mercurio atrapa el 90% del oro presente en la tierra, en tanto que otros métodos de concentración solamente logran el 20%. El mecanismo es simple: el mercurio líquido capta las micropartículas de oro disueltas en las arenas, previamente lavadas con agua. La “torta” obtenida, mezcla de oro y mercurio, es calcinada al fuego (con soplete) en la propia explotación. El calor evapora el 70% del mercurio contenido en la amalgama… que es respirado por los mineros.

El mercurio gaseoso termina por regresar al suelo y a los ríos de la región arrastrado por la lluvia. La campaña de investigación sobre la población indígena de Guayana (indios Wayanas que son tan ciudadanos de la UE como un madrileño o un parisino), conducida en 1994 por el Inserm (Institut National pour la Santé et la Recherche Médicale) y en 2001 por el CNRS (Centre National de la Recherche Scientifique), señaló presencia de mercurio en esas personas dos veces superiores a lo marcado como límite máximo aceptable por la OMS y la Unión Europea (2). Han pasado 11 años desde entonces y ha crecido la minería ilegal. De ahí, el empeño de las autoridades francesas en una lucha extremadamente compleja, dada la extensión de selva a controlar (Operación Harpie).


Mina ilegal, abandonada en la selva guyanesa

¿Cómo se ha llegado a esta situación? La respuesta en compleja. En Guayana se ha venido explotando el oro desde finales del siglo XIX. El mercurio necesario para la actividad se traía legalmente desde Francia. De hecho, Guayana recibió en 1999 unas 2,2 toneladas de mercurio. En 2001 la cifra estaba en 4,2 toneladas y alcanzaba las 8,4 toneladas en 2003. Pero en ese preciso año de 2003, la producción oficial y legal de oro en Guayana fue de 3,2 toneladas. Una cifra casi igual a las 3 toneladas registradas en 1999. Los números no casan. ¿Dónde iba el mercurio sobrante?

El mercurio llegado de Francia podía haber sido derivado hacia explotaciones ilegales o hacia otros países (Surinam, Brasil, Perú). ¿Fallos en los controles aduaneros?, ¿ocultación de la verdadera producción de oro? o ¿cualquier otra lamentable razón?. El resultado es violencia. En la actualidad, el mercurio es un metal rigurosamente controlado dentro de las fronteras de la Unión Europea. Está prohibida su exportación desde septiembre de 2011 y regulado su uso en la Comunidad (Reglamento CE - 1102/2008). Tan sólo se puede emplear en la industria del cloro y la sosa, en la depuración del gas natural, en la extracción de metales no férricos y en la extracción de cinabrio. Una vez utilizado, el mercurio debe ser guardado como residuo peligroso o reciclado para los fines antes enumerados. ¿Cómo se alimenta hoy la minería del oro de Guayana? ¿De dónde procede el mercurio?... Buena pregunta.

La delincuencia ambiental, figura mediocremente tipificada y torpemente perseguida en el mundo, es una realidad que nos enferma y nos corrompe. Los garimpeiros brasileños son un caso extremo, pero la lacra está entre nosotros.

(1) El suelo de Guayana puede albergar hasta 1 gramo de mercurio en el volumen formado por un metro cuadrado de superficie y tres metros de profundidad.
(2)  La dosis límite de la OMS está en menos de 10 microgramos por gramo de peso (0,001 miligramos o millonésima parte del gramo)