LAS PENAS y ALEGRÍAS DEL MEDIO AMBIENTE, sus políticas y sus políticos.

martes, 5 de marzo de 2013


SAQUEADORES
Asia en el punto de mira


Desde ayer, lunes 4 de marzo, delegados de 178 países se reunen en Bangkok (Tailandia) para asistir a la conferencia del CITES (Convention  on International Trade in Endangered Species – Convenio Internacional sobre el comercio de especies en peligro). Durante dos semanas, expertos científicos, políticos de todo pelo y lobbies interesados analizarán los progresos de la 6ª extinción masiva que la especie humana tiene puesta en marcha con singular éxito, tratando de reducir sus efectos. 

Tras el fracaso del CITES a la hora de incorporar al Atún Rojo a sus listas de especies amenazadas (lo que habría supuesto un freno al comercio internacional de su carne), la atención parece ahora centrada sobre tres especies o grupo de animales con problemas: elefantes africanos, rinocerontes y tiburones. 

La elección de Bangkok como sede de la conferencia tiene una lectura geopolítica. Por un lado, la capital tailandesa es uno de los grandes centros mundiales de comercialización del marfil de elefante. De otra parte, los habitantes de la región asiática y sus manías son una pesadilla para determinadas especies de fauna. Además de apasionarse con el marfil, los asiáticos necesitan “chutarse” cuerno de rinoceronte en polvo para sus erecciones, pagan medio testículo por saborear atún rojo crudo y se les cae la baba ante un gelatinoso cuenco de sopa de aletas de tiburón.


El elefante africano, objeto de una matanza sin fin

Son caprichos de clases dirigentes y adineradas ya que la inmensa mayoría de los asiáticos, pobres hasta el tuétano, no puede costearse esos lujos. Mientras los únicos saqueadores del planeta fueron los europeos y norteamericanos, la cosa era medianamente soportable,  aunque se tratara de gente insaciable y sin escrúpulos.  Cuando se sumaron los japoneses al saqueo, todavía pudo aguantarse. Pero los nuevos ricos de Asia están sacando las cosas de quicio porque no hay arroz para tanto pollo.

Unos datos. En el año 1979 había en África 1.300.000 elefantes. En 2012 quedaban unos 400.000. El pasado año 2012 se mataron 25.000 ejemplares y el caos del comercio del marfil es espectacular. Mientras que en Kenia se queman toneladas de marfil ilegal o se guarda en cámaras acorazadas, en Bangkok hay 67 establecimientos con licencia para vender marfil, pero en realidad se puede adquirir en 250 tiendas. El gesto del gobierno de Tailandia, proponiendo el cierre de sus fronteras a la exportación de marfil es éso: un gesto. Del cuerno de rinoceronte y sus sufridos portadores es mejor no escribir nada porque la foto de abajo es suficiente.



Lo de los tiburones tiene otra lectura. Según fuentes cercanas a la FAO, las capturas anuales de tiburones en el mundo oscilan entre 63 millones y 273 millones de ejemplares. Como puede observarse, el desmadre estadístico es de Libro. Siendo optimistas puede aceptarse una media de 100 millones de bichos. La práctica totalidad de esos tiburones se pescan para quitarles las aletas (finning). Otros se aprovechan un poco más, sacando el aceite de sus hígados y usando la piel como lija fina. En algunas sociedades, como la española, se trocea su carne para ponerla en adobo y ofrecerla como tapa indigesta en bares y tabernas.

El CITES intenta proteger las especies en peligro de extinción regulando (prohibiendo) su comercio internacional. Las listas de especies protegidas por el CITES forman parte del manual de trabajo de los aduaneros del mundo y en Bangkok se intentará frenar la matanza de tiburones y rayas, pues algunas de las concretas especies de escualos están severamente amenazadas, como en el caso de los tiburones martillo.


Aletas de tiburón puestas a secar en las calles de Hong Kong. 

La postura del Reino de España es la cuestión del tiburón no está clara. No hay duda de las reticencias españolas a la prohibición europea del aleteo (Finning) a bordo de los buques de pesca (el cuerpo mutilado es luego tirado por la borda). Pero si el CITES acaba entorpeciendo o impidiendo el comercio internacional de aletas de tiburón, la flota pesquera española de altura (Flota “espadera” que atrapa con palangres de superficie peces espada, atunes y tiburones) recibirá un sopapo en los morros.

Como cierre, merece la pena recordar que el Reino de España está en la tercera posición de las naciones más importadoras de productos marinos, con 6.637 millones de dólares gastados en el ejercicio 2010 (Informe Sofia 2012 de FAO), detrás de Estados Unidos y Japón.